6 abr 2010

Capitán de barco

http://www.20minutos.es/noticia/669127/0/sapos/terremoto/italia/
Lo último que debe hacer el capitán de un barco que se va a pique es abandonar su navío. Al menos si aún no lo han hecho las mujeres y los niños. Lo de l'Aquila no fue el hundimiento de un buque sino un terremoto. En l'Aquila no había barcos que abandonar y además los sapos comunes no son capitanes de nada.
Curioso comportamiento el de los sapos comunes, tres días antes del terremoto y zas, ni rastro de anfibios, se fueron sin decir nada, sin que se pudiera oir por última vez su famoso coro: Bud-wei-ser.
Reprobable conducta la del sapo, insolidaria, sólo a un sapo común se le ocurre abandonar el lago San Ruffino antes de que finalice la puesta de huevos. ¿A quién se le ocurre despedirse a la francesa de la doctora Grant? ¿Qué pensaría la doctora Grant en ese momento?
Yo apostaría a que la primera que se le pasó por la cabeza fue: ¿Dónde están mis sapos?, para continuar, ¿Qué raro es que se hayan marchado justo después de la cópula y antes de la puesta de huevos (o quizás no sea tan raro)? Luego imagino que apuntaría en un cuadernito de anillas, día 7 de Abril de 2009, "LOS SAPOS SE VAN" o "NO HAY SAPOS".
Justo después de un año se publica esta curiosa noticia, la pregunta es: ¿Qué hizo la doctora Grant después de apuntar en su cuaderno que no había sapos? ¿Se fue de L'Aquila? ¿Por qué informa de su misterioso hallazgo justo un año después de lo sucedido? Curioso comportamiento el de la doctora Grant.

Compren un cuadernillo de anillas y apunten:
1.Si alguna vez vivo en una zona de alta intensidad sísmica debo comprar una casa con estanque y detector de presencia.
2.Besar a los sapos es una guarrada.

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